En el blog anterior, exploramos el origen y la evolución de la moda, destacando su papel esencial en la mecánica social. La moda no solo refleja cómo nos movemos y nos relacionamos, sino también cómo nos reconocemos y comprendemos en nuestro contexto existencial.
Desafiando Normas de Género y Redefiniendo Identidades
La moda ha sido históricamente utilizada para establecer normas de género. Ciertas siluetas, materiales y formas están directamente vinculadas a roles sociales específicos. Por ejemplo, un hombre campesino tiende a usar materiales resistentes como el denim, mientras que las mujeres de clases sociales más altas solían usar corsés que deformaban su figura para cumplir con expectativas estéticas de su tiempo.
La moda es sensible a todas las esferas del ser humano y siempre ha buscado cumplir ciertas expectativas sociales, incluso influyendo en la percepción de la sexualidad. Desde mediados del siglo XX, hemos visto cambios profundos en la moda, especialmente con el surgimiento de movimientos sociales que desafían las normas tradicionales de género.


Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres comenzaron a realizar trabajos más pesados, lo que revolucionó su vestimenta. En 1934, Levi’s presentó su primer modelo de jeans para mujeres, «Lady Levi’s». Más tarde, en 1966, Yves Saint Laurent creó el primer esmoquin femenino, una prenda que desafió las normas de género y fue adoptada por iconos como Bianca Jagger y Liza Minnelli.
Las subculturas urbanas, nacidas tanto en las calles como en línea, también han jugado un papel crucial en la evolución de la moda. Estas subculturas a menudo se definen por su oposición a los valores dominantes, aunque esta no siempre es una oposición radical. Los Millennials, por ejemplo, fueron la primera generación en experimentar el auge tecnológico y la globalización del internet, lo que les permitió cuestionar y redefinir la identidad y la moda.
La «ventana al mundo» ofrecida por la tecnología permitió que los diseñadores comenzaran a revolucionar las siluetas tradicionales de género. Aunque inicialmente de manera sutil, comenzaron a cuestionar los roles sociales, económicos y sexuales establecidos.



Glam Rock
Por ejemplo, el Glam rock, es un subgénero de rock originario del Reino Unido que se da en 1970 y hasta los inicios de los años 80s, teniendo influencias del Rock and Roll, Jazz y Hard Rock. Caracterizados por un estilo “Glamouroso”. Comúnmente, se exhibe una sensualidad a través de una presentación estética.
Este genero busca romper con esa idea “macho-rock” una figura tradicional en el rock de ese momento, el Glam daba uso a elementos y figuras femenina, siendo desafiantes y provocativa. El uso exagerado de maquillaje y un arreglo de cabello llamativo también contribuyó a la estética como en el maquillaje al inspirarse en las travestis neoyorquinas del entorno de Andy Warhol, por cuya estética sentía predilección, tanto como los
estrambóticos maquillajes y disfraces de los miembros de Kiss o Dee Snyder de Twisted Sister.
Otra banda en influenciar la estética glam fueron los
estadounidenses The New York Dolls con su ropa de vinilo y colorida, peinados cardados, aspecto travestido y maquillaje que también dio paso musical al posteriormente naciente punk rock. Así nació la extravagante imagen glam, que solo podía haberse dado en una década tan propensa a los excesos estéticos como la de los 70.



Y muchas más subculturas que invitan la revolución de signos de identidad, grupos como Freaks, hip-hop, Drag Queens y más que con sus códigos y demás han permitido llegar al mainstream e instaurar una moda con menos estereotipos y libre para todos.
Esto nos lleva a conclusiones a que, la exploración y revoluciones de los signos de identidad y su relación con el vestuario no es algo nuevo. Las marcas globales y de nichos han estado explorando esto cada vez y que es muy importante para favorecer la identidad y expresión de género.
Esas líneas imaginarias entre moda masculina y femenina cada vez son más difuminadas, con accesorios, indumentaria cada más libre y populares. Gracias a las celebridades y artistas han adoptados estilos de moda andróginos, lo que ha llevado a una mayor aceptación y visibilidad de la identidad de género no conformista.
Podríamos concluir que los mercados actuales ya no buscan prendas destinadas para “hombre” o “mujer”, sino vestuario e indumentaria que los haga sentir identificado y que el mercado sea libre sin sentir presión por códigos o normal sociales. La moda es una experimentación constante.
En Artelas, celebramos esta evolución constante de la moda. Nos enorgullece ser parte de una industria que desafía los estereotipos y promueve la libertad de expresión. Reconocemos que la moda es una forma poderosa de identidad y autoexpresión, y nos comprometemos a ofrecer telas y materiales que permitan a nuestros clientes explorar y redefinir su estilo personal.
Nuestro compromiso va más allá de la simple comercialización de textiles; buscamos inspirar a nuestros clientes a experimentar y crear sin restricciones. Proveemos telas de alta calidad que son versátiles y adaptables a cualquier diseño, permitiendo a los diseñadores romper con las normas tradicionales y abrazar una moda más inclusiva y libre.
¡Bienvenidos a la revolución de la moda con Artelas!
